martes, 20 de abril de 2010

Abril en Juchitán

Es el olor a Juchitán, es ese olor que desprende la humedad lo que me recuerda al aroma de tu cuerpo que escapa a las maderas de tu habitación, a las docenas de ropa acumuladas en mi hogar.

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Aquí no hay sirenas penando por las calles, todo es silencio, calma. Los gemidos de los vecinos se escuchan, los ladrones son delatados por sus susurros, los ladridos de los perros y el canto de las gatas en celo acompañan las noches donde el erotismo deja escapar gotas de placer. Y al amanecer el sol se vuelve romántico y ardiente, al amanecer todo vuelve a ser onírico.

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He visto a una sexy mujer en el fondo de una olla de barro negro. Ella arde, los movimientos de su boca me hacen suponer que ella grita. ¿De placer? ¿De dolor? Ella está ahí, en el fondo de la olla, está bailando algún blues caluroso, ardiente.

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A Karol

Esta noche he decidido ser fragmetos de quimera, pedazos costosos para entregarme a ti.

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Hoy la noche tiene buenas piernas que he decidido abrirselas.

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